Desgarros y desprendimientos

La retina es la capa que tapiza el interior del ojo y se encarga de captar las imágenes y transmitirlas al cerebro a través del nervio óptico. Si se produce una rotura o desgarro retiniano localizado y no se detecta a tiempo, la retina puede acabar completamente desprendida y causar ceguera.

Antes de aparecer el desprendimiento de retina, el paciente suele tener algún síntoma como moscas volantes, o visión de chispas o relámpagos, sugestivos de un desprendimiento del vítreo —gel que rellena el ojo—. Estos síntomas «avisan» al paciente de una posible rotura en la retina y obligan a ir al oftalmólogo.

Requiere atención urgente

Si se detecta un desgarro de retina debe aplicarse láser sobre el mismo para sellar la rotura y evitar que progrese a desprendimiento. En caso de un desprendimiento de retina establecido debe realizarse cirugía cuanto antes para repararlo y evitar complicaciones serias.